domingo, 30 de marzo de 2014

LA REVOLUCIÓN BURKINABÉ: THOMAS SANKARA Y BURKINA FASO.

Presidente del Burkina Faso de 1983 a 1987, Thomas Sankara es una figura importante del panafricanismo y del tercermundismo. Su asesinato, en octubre del 1987, transformó el que apodaban el "Che africano", en héroe popular, cuyo ejemplo simboliza todavía una sed de libertad y de dignidad para los pueblos de África. Por lo desconocido de su figura y el simbolismo que tiene en el continente africano, me dispongo a desarrollar un extenso artículo acerca de su figura, pero sobre todo de su paso por el poder y lo que esto significó en un país sumamente atrasado como era Burkina Faso. Para ello, me centraré en siete puntos fundamentales que recogerán los aspectos más relevantes de su llegada al poder y su mandato. Espero que os guste y que lo disfrutéis.


  • Del Alto Volta a Burkina Faso.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el Alto Volta se restablecerá dentro de las fronteras que había tenido años antes como territorio ultramarino de la Unión Francesa. Es el 5 de agosto de 1960 Maurice Yameogo, líder de la Unión Democrática Voltense (UDV) proclamó la independencia del país y éste pasó a formar parte de la ONU. Yaeogo gobernó hasta 1966 que, tras una huelga general que paralizó el país para protestar en contra de las medidas impopulares llevadas a cabo por el gobierno, fue cesado por el ejército. Es entonces cuando se forma el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que, encabezado por Lamizana, formará el nuevo gobierno. Este gobierno durará hasta 1980 donde se producirá otro golpe militar tras numerosas huelgas y protestas encabezadas por los sindicatos, parte del ejército y la oposición. Saye Zerbo del Comité militar de Relanzamiento del Progreso Nacional (CMRPN) pasará a ser nuevo presidente hasta 1982, donde una escisión del CMRPN se hará con el poder. El Consejo de Salvación del Pueblo (CSP) gobernará durante un año con Ouedraogo a la cabeza y Thomas Sankara entrará en escena siendo ministro de información. Esta sería la primera vez en el África francófona donde se ha producido un levantamiento militar organizado por suboficiales. Se debe a que estos militares poseen un mayor conocimiento y una gran cultura política lo que les genera contradicciones dentro del ejército. Sankara al igual que Compaoré, formaba parte de este grupo.

Siendo ministro de información, Thomas Sankara dimitió debido a la manipulación y propaganda que llevaba a cabo el gobierno, en este momento se vuelve muy popular debido a su fuerte discurso antiimperialista. El 17 de mayo de 1983 es detenido y encarcelado por el ala derecha de las fuerzas armadas. Mientras se encuentra arrestado, Campaoré se rebela con una parte del gobierno y logran organizar la toma del poder y el pueblo sale a la calle para pedir la excarcelación de Thomas Sankara. Ouédraogo se ve obligado por la movilización popular, a dejar en libertad a Thomas sankara y el resto de presos políticos. Es el 4 de agosto de 1983 cuando Sankara y Campaoré, con una parte del ejército, toman el poder. Sankara, por radio, anuncia al pueblo el porqué del golpe militar apoyado por el pueblo “El ejercito se ha visto obligado a intervenir en cuestiones de estado para restablecer la soberanía, la libertad del país y la dignidad del pueblo”. Sankara es elegido como presidente del Comité Nacional de la Revolución, lo que equivaldría a jefe de estado, y Campaoré es elegido ministro portavoz de la presidencia.

Cuando Sankara llega al poder las condiciones del país son nefastas. Una tasa de mortalidad infantil del 180%, una tasa de analfabetismo del 98%, una esperanza de vida media de sólo 40 años, un médico por cada 50.00 habitantes, existen 4 hospitales  y 117 médicos en el país, una tasa de asistencia escolar del 16% y un 75% de la población sumidos en la pobreza extrema. Ante esta situación, la tarea del gobierno consiste en crear una sociedad con menos desigualdades y un estado que goce de independencia real y soberanía política y económica ya que seguía bajo el yugo del imperio Francés. El objetivo de la revolución, dirá Sankara es darle el poder al pueblo. De esta manera pone en marcha el programa de cambio político, social y económico más ambicioso nunca antes visto en África impulsando una gran cantidad de medidas para mejorar la situación del país: divide el país en 25 provincias (teniendo en cuenta los limites étnicos); rebaja los sueldos a los funcionarios públicos en un 30%; se eliminan los privilegios y se expulsa de la administración a los que cometan irregularidades; se establecen comisiones específicas que controlan las declaraciones de la renta; se expulsa a los funcionarios responsables de malversación, alcoholismo o incompetencia; se establece una contribución obligatoria del 12% del sueldo para los altos funcionarios y oficiales del Ejercito, el 7% para los funcionarios y el 5% para soldados simples; se garantiza al ciudadano 10 litros de agua diarios y dos comidas; se mejora el sistema de transporte público, se construyen ambulatorios, pozo de agua, escuelas, acueductos, silos, cadenas de almacenes cooperativistas y bancos de cereales para conservar las excedencias y preservar los alimentos del deterioro; se ponen en marcha 8.000 obras en las que trabajan los mismos ciudadanos que luego se beneficiarán de ellas; se pone en marcha una campaña para que en las zonas rurales se recicle los residuos sólidos urbanos para producir abono natural. Se quita de la calle a los mendigos y se crean viviendas de solidaridad donde se pueden aprender algunos oficios. Estatalizo todas las grandes empresas del país así como las tierras. Todas estas medidas así como su ideología le convirtió en una persona carismática e icónica de la revolución, lo que hizo ganarse el apodo del “Che Guevara africano”.

Los Comités de Defensa de la Revolución se convierten en la columna vertebral del país. A estos les corresponde una serie de deberes: la educación política y la movilización de los ciudadanos; la participación en los trabajos colectivos como embalses, hospitales, calles, etc; la defensa de las conquistas revolucionarias; el mantenimiento de la seguridad pública y la coordinación de los dirigentes. Sankara dirá que los CDR tienen que escuchar al pueblo. En menos de un año se crean 7.000 CDR, uno en cada pueblo. Se establece un mecanismo de democracia popular/directa. Junto a los CDR actúan las asambleas populares, formadas por ciudadanos mayores de 16 años. También se forman consejos de aldea o barrio, en comunicación constante con el poder central. Las unidades militares funcionan de forma similar. Toda asamblea tiene la posibilidad de cesar de su cargo a cualquier miembro del consejo. Era un sistema de democracia muy similar al cubano ya que Sankara era un gran admirador de la revolución y el modelo político y económico de Cuba.

El 4 de agoste de 1984 el Alto Volta se convierte en Burkina Faso. Este nombre escogido por Thomas Sankara significa “País de los hombres íntegros/dignos”. Se cambia la bandera del país. Se sustituye la bandera blanca, roja y negra (los tres ramales del Volta) y a partir de ahora, dos franjas, una roja que representa al pueblo y otra verde que representa la tierra, con una estrella dorada de cinco puntasen el centro. Se sustituye el himno nacional impuesto por la colonización francesa por Diantayé (canto de la victoria), el nuevo himno compuesto por el propio Sankara. De esta manera se manifiesta la voluntad de hacer borrón y cuenta nueva del funesto legado colonial. Su objetivo será el de construir una nueva sociedad y un Estado que abandone la posición marginal que ocupa en el mundo.
Apostará por crear una alternativa al modelo de modernización del estilo occidental y aceptar el reto de un desarrollo autónomo que implique la participación de la población. Con este objetivo, Thomas Sankara impulsará una serie de medidas para desarrollar el país. Un desarrollo endógeno que pretendía potenciar el mercado nacional. El principal objetivo era producir, transformas y consumir en África, ser independientes del mundo occidental y su globalización. La única manera de vivir libres y dignos era vivir como africanos, alejándose del mundo occidental-eurocéntrico. Sankara adoptará como lema nacional el de “patria o muerte venceremos” en este aspecto y en su política de justicia social, se ve su influencia del pensamiento marxista.



  • El problema de la tierra y el medio ambiente.
Thomas Sankara le dio una gran importancia al problema de la tierra debido a que el país era en su gran mayoría un desierto. La situación de la tierra y el medio ambiente en burkina Faso era lamentable. Se calculaba que en el Sahel el desierto avanzaba a unos 7 kilómetros por año.  Como consecuencia de esta lamentable situación. El gobierno de Sankara puso en marcha una serie de políticas.

El acceso a la propiedad o al simple alquiler de los cientos de viviendas sociales construidas a partir del 4 de agosto de 1983 estaba estrictamente condicionado a que el beneficiario se comprometiese a sembrar una cantidad mínima de árboles y a cuidarlos.

Se sembraron 10 millones de árboles en 15 meses dentro del marco de un Programa Popular de Desarrollo. En los pueblos y en los valles administrados cada familia debía sembrar 100 árboles por año.

La tala y el comercio de la leña fueron completamente reorganizados. Estas actividades exigían poseer un carnet de comerciante de leña, respetar las zonas afectadas en el corte de leña, así como la obligación de asegurar la reforestación de las zonas taladas. Cada pueblo burkinabe debía poseer una arboleda, rehabilitándose así una tradición ancestral.

Se libraron a los centros urbanos de la plaga de la deambulación de animales. En el campo, los esfuerzos se concentraron en la sedentarización del ganado a fin de privilegiar la cría intensiva para luchar contra el nomadismo salvaje.
Todos los actos criminales de pirómanos que incendiaban bosques, los juzgaban y sentenciaban los Tribunales Populares de Conciliación de las aldeas. Entre las sanciones impuestas por dichos tribunales figuraba la siembra obligatoria de cierto número de árboles.

Estos programas se desarrollaron bajo el nombre de “las tres luchas”. La primera, contra la tala incontrolada de árboles y la incesante deforestación. La segunda contra la quema de la sabana ya que ésta era la principal fuente de energía del país. La tercera sería contra el pasto incontrolado de animales, para evitar que el ganado se coma los brotes impidiendo así la reproducción de la flora. Se delimita el área de pasto y las infracciones salen caras: se abate cualquier animal encontrado comiendo en zona prohibida. Se aprovechan todas las ocasiones posibles para plantar un arbol: las fiestas nacionales, el primer día de escuela, un nacimiento, un examen universitario, un funeral o un matrimonio. Los extranjeros que se negasen a plantar árboles serían expulsados del país. En Burkina Faso no era necesario tener un visado o permiso, la consigna era “plantar un árbol y seréis bienvenidos”. Esto se debía al déficit que había en la recogida de leña para quemar y la deforestación del territorio que esto suponía.

Por último Sankara diría que luchar contra la deforestación y por el medio ambiente es luchar contra el imperialismo, es llevar a cabo una lucha popular y democrática. 


  • La educación y la sanidad.
Antes de la llegada del poder de Thomas Sankara la situación sobre la educación en Burkina faso era desoladora. Solo 1 de cada 50 burkinabés sabía leer y escribir, 1 niña de cada 6 empezaba primaria, el 3% secundaria y el 1% bachillerato. En 7.000 aldeas sólo existían 1.300 escuelas y harían falta 20.000 profesores para escolarizar a todos los niños.  El 99% de las mujeres eran analfabetas. Sankara decía que la educación era la herramienta fundamental para la liberación cultural de la mujer por eso impulsó una serie de medidas para la mejora de la educación. Se construyeron escuelas en todas las aldeas, el estado puso el material y todos los habitantes se repartían el trabajo para garantizar a los niños la oportunidad de estudiar. En dos años se suplicaron el número de escuelas de primaria y se construyeron más de 100 institutos de secundaria.

Se concede un gran espacio a la difusión de la cultura. Se potencia brutalmente el cine, se devuelve el esplendor al FESPACO (festival de cine africano). De esta manera se trata de potenciar el cine africano dejando en un segundo plano las superproducciones occidentales. Las salas de cine se nacionalizan y en cada aldea/región se construye una. Se crea el Teatro-Forum para llegar a los rincones mas perdidos del país, educar a la población rural en el respeto de las normas de higiene más elementales y potenciar acciones de solidaridad. El plan quinquenal además de la construcción de una escuela y un hospital en cada pueblo, prevé también la realización de una pista de baile. El deporte se convierte en un elemento de cohesión social, se construyen polideportivos para favorecer la difusión y la posibilidad de realizar actividades físicas. También se impulsa la radio como elemento de comunicación. Se permite a los ciudadanos burkineses pasar por los estudios radiofónicos para expresar su opinión personal en directo para toda la nación. Se recogen las críticas al gobierno y se potencia la lucha contra el analfabetismo en las emisoras locales.

El tema sanitario era similar al de la educación. Más de dos niños de cada diez mueren antes de cumplir el primer año de vida; uno de cada cuatro no llega a los cinco años; la expectativa de vida no supera los 40 años; hay un médico por cada 50.00 habitantes; existen 4 hospitales  y 117 médicos en el país. El gobierno decide no quedarse quieto y actuar. Pone en marcha una campaña de vacunación para combatir ciertas enfermedades. Médicos llegados de Cuba participan en la operación. Los resultados superan las expectativas, son vacunados millones de niños por todo el país. Se establece un ambicioso objetivo, “Un village, un Poste de Santé Primaire”. En cada aldea o pueblo se construye una estructura médica donde trabajan por lo menos una comadrona y un agente sanitario de base más un vecino del pueblo al que se le proporciona formación básica en medicina. El CNR para facilitar el acceso de la población a los medicamentos subvenciona la apertura de farmacias privadas que venden medicamentos de primera necesidad. En la capital (Ouagadougou) se abren treinta nuevas farmacias, antes había únicamente 3.


  • Panafricanismo y movimiento de los no alineados.
“Es terrible el precio pagado por África y los africanos al desarrollo de la humanidad. Un precio pagado sin recibir nada a cambio. Esto explica sin duda la tragedia que actualmente afecta a nuestro continente. Nuestra sangre es la que ha alimentado las raíces del capitalismo, provocando y consolidando nuestro subdesarrollo”. Con esta afirmación Thomas Sankara se declara abiertamente anticapitalista y antiimperialista. La llegada de los europeos a África supuso una modificación radical de las relaciones sociales y el modo de vida en el continente. El mundo occidental trató de adaptar el continente africano a sus necesidades y lo devastó por completo económica, social y culturalmente.
Sankara expresa repetidamente la convicción de que para eliminar los legados coloniales y neocoloniales y empezar una fase de desarrollo real y autónomo, es imprescindible favorecer un proceso de unión de todos los estados del continente. Es aquí donde se destaca su vertiente panafricanista. Sankara creía en la unión de todos los países de África para avanzar en el desarrollo del continente. Pero era un panafricanismo singular, creía en la unión de todos los países del África revolucionaria, unidos para actuar en una dirección precisa, contra un enemigo común, el imperialismo.

De esta manera condenó el régimen del Apartheid en Sudáfrica y mostró su incondicional apoyo a Nelson Mandela. Sankara se inspiró en los padres de la independencia africana (Sékou Touré, Julius Nyerere, Sedàr Sengor, Ratsikara, etc.). Se hablaba del socialismo africano, capaz de ofrecer una vía intermedia entre tradición y modernidad, movilizando a las masas y, al mismo tiempo, conservando ciertos valores de la tradición. Sankara también tenía muy en cuenta y rendía homenaje a Lumumba, para él era un símbolo, a pesar del ambiente desfavorable, consiguió tomar conciencia de la situación de los países africanos.

Es entonces cuando Thomas Sankara hablaba del respeto a la integridad territorial, la no agresión y la no interferencia en las cuestiones internas. Apoyó al pueblo saharaui y a Namibi, al frente Polisario y a la SWAPO, al Mozambioque de Samora Machel y a la Libia de Gaddafi.  

De esta manera, Thomas Sankara, a través del panafricanismo, tratará de unir lo que los europeos han dividido, el continente africano. Hablarán de África como una realidad multiétnica, rica de sangre árabe, negroide, hamítica e incluso caucásica.

Por eso, Sankara dirá que África es para los africanos y no para potencias extranjeras e imperialistas, se debe combatir el racismo y su ideología. La lucha contra el apartheid se convierte en prioritaria, denunciará públicamente a todos los gobiernos que  lo sustenten y tratará de combatirlo llevando a cabo una lucha feroz contra el gobierno sudafricano.

En su lucha contra el imperialismo y por la autodeterminación de los pueblos, Burkina faso pasará a formar parte del bloque de los Países no Alineados. Sankara adopta una política de equidistancia entre los dos grandes bloques de la Guerra Fría. Se compromete a devolver vigor y visibilidad política al Movimiento de los no Alineados tras la muerte de Tito, Nasser, Nkrumah Y Nehru. Sankara no quiso formar parte de ninguno de los dos bloques porque pensaba que el mundo estuviese dividido en dos bloques contrapuestos sino en dos clases antagónicas, los explotados y los explotadores.
Sankara decía que el vasallaje y la sumisión hacia grandes potencias mundiales debía terminar para permitir el nacimiento de naciones verdaderamente libres y soberanas.
  

  • La situación de la mujer.
Sankara, desde el inicio de la revolución, expresó la voluntad de replantear el papel de la mujer en la sociedad voltense. En el periodo colonial la mujer se encontraba sometida y explotada, Sankara era consciente de ello y sabía que su revolución debía enarbolar la bandera de la emancipación de la mujer como elemento primario. La revolución burkinabé es una revolución dirigida a todos los oprimidos y explotados y por tanto se dirige también a las mujeres, diría Sankara. Decía que para eliminar la explotación por completo, era necesario reconstruir la relación entre ambos géneros y que la mujer tenía que formar parte de este proceso reivindicando su libertad.

El papel de la mujer quedaba relegado a la educación y alimentación de los niños así como al abastecimiento de agua y leña en el hogar. En cambio, no sucedía lo mismo con las mujeres de los funcionarios públicos y terratenientes, estás llevaban una vida totalmente acomodada y lujosa con mujeres a su servicio. La revolución en el país intentó poner freno a estas desigualdades así como a la disgregación familiar provocada por la imposibilidad de las familias más pobres de ocuparse del mantenimiento de sus hijos.

Para luchar contra estas desigualdades el CNR estableció que del 8  al 15 de marzo se celebrase la semana nacional de la mujer. En esa semana llegaban a la capital miles de mujeres con sus hijos. Muchas de ellas son de la Unión de Mujeres Burkinesas (UFB), una organización creada en 1985 cuya tarea es sensibilizar a la gente de los pueblos y aldeas de la cuestión femenina. Se llevó a cabo una ejemplar lucha contra la mutiliación sexual de las mujeres y la ablación del clítoris. Es en esta época cuando el papel de la mujer se convierte en primordial para la revolución y para las políticas del gobierno.

La lucha de la mujer en la sociedad burkinesa es parte integrante de la lucha de todas las mujeres del mundo y parte de la lucha por la completa rehabilitación del continente. Solo superando la posición subalterna de la mujer en las relaciones sociales se podrán superar las injusticias y las profundas desigualdades.

Sankara criticará la prostitución ya que es un fenómeno que degrada a la mujer al rango de objeto, le quita personalidad y constituye un freno para su propia liberación y realización Es por ello por lo que el gobierno se compromete a encontrar vivienda y trabajo a las mujeres que decidan abandonar la prostitución como forma de vida.

En 1986 se introduce un nuevo código de familia, éste dirá que los hombres y las mujeres, dentro de una relación matrimonial, son considerados absolutamente iguales y la figura del jefe de familia desparece del código civil burkinés. Se establece un límite para casarse para evitar la violencia y la prepotencia de los maridos sobre las mujeres. Se prohíbe la venta de adolescentes a hombres para casarse. Se prohíben los matrimonios obligados, los acordados por familias y los que proceden de prácticas consuetudinarias que imponen a las viudas casarse con un familiar del difunto marido. La poligamia queda fuera del sistema legislativo estatal y se consagra la monogamia como forma legal de matrimonio. Se contempla el divorcio como el final natural de la relación y la mujer puede pedirlo sin el consentimiento del marido. Se permite a la mujer maltratada abandonar el hogar y volver con sus hijos a su familia de origen. Se garantiza a las viudas el derecho de sucesión garantizando los mismos derechos a los hijos tanto legítimos como naturales.

Un tercio o la mitad del sueldo de los maridos se entrega directamente a las mujeres para garantizar un mínimo de independencia económica a quien no tiene trabajo de hecho pero carga con el peso de la familia. Se permite la utilización de anticonceptivos con total libertad.

De esta manera, las mujeres burkinesas ven reconocidos sus derechos y se alcanza una mayor igualdad efectiva entre hombres y mujeres. La participación de la mujer en la vida política alcanza niveles nunca esperados. Roles diplomáticos eran ocupados por mujeres y una cuarta parte del número total de ministros llegaron a ser mujeres, hasta entonces no había habido ninguna mujer en el gobierno.


  • La deuda externa y el FMI.
El país adoptó una posición contundente sobre la cuestión de la deuda externa. En 1983 la deuda de Burkina Faso ascendía a 398 millones de dólares, un 40% del PIB. Cuatro años más tarde este valor se duplica. La deuda quitaba recursos y contribuía a perpetuar la pobreza en el continente. Se dejaba de invertir en sanidad y educación por pagar la deuda. Es entonces cuando Thomas Sankara se negó a pagar la deuda, “una deuda creada por el colonialismo. Los que prestaron dinero al país fueron los mismos que lo colonizaron y lo manejaron en función de sus intereses. Los países africanos eran ajenos a la deuda y por eso ésta no debía ser pagada”.

Burkina Faso rechazó cualquier tipo de programa de ajuste estructural propuesto por el FMI, Sankara dirá “Hemos dicho al FMI que lo que pide, nosotros ya lo hemos hecho. Hemos reducido los sueldos de los funcionarios y subsanado la economía. No tenéis nada que enseñarnos. Nos ha parecido entender que lo que el FMI busca va más allá de un control sobre la gestión, se trata de un control político. Claro que necesitamos dinero, capitales nuevos, pero no al precio de una abundancia artificial, de un consumo improductivo al que, seguramente, se abandonaría una clase dirigente prisionera de su confort y del FMI. En consecuencia, hemos rechazado los préstamos del Banco Mundial para alimentar proyectos que no hemos decidido nosotros”.

De esta manera, Sankara se opone a los dictámenes de los organismos nacidos en Bretton Woods y que pretendían disminuir la soberanía de los estados. Con la aplicación de estos programas supondría llevar a cabo políticas de austeridad, privatizaciones, recortes en políticas sociales y recortes en el sector sanitario y escolar.  Las consecuencias que esto traería sería el empobrecimiento de los campesinos y de los asalariados urbanos, analfabetismo, escasa alimentación, masivo éxodo rural y el aumento del paro en las periferias urbanas.

Por esta situación, Sankara denuncia el chantaje ejercido por los países ricos sobre los pobres, a través de préstamos que resultan ser solamente instrumentos para condicionar las políticas económicas hacia una fuerte dependencia del extranjero.

Sankara rechaza toda política dictada por los organismos internacionales y se opone al pago de la deuda, su plan a largo plazo era el de construir un nuevo orden económico internacional para que existiese un reparto más equitativo de la riqueza, fagocitada por un sistema económico prevaricador e injusto.

Por último, Sankara pedirá a los organismos internacionales que se reduzcan las cuotas destinadas al gasto militar a favor de políticas económicas que eliminen las causas de los conflictos armados y que redistribuyan con mayor equidad los recursos mundiales.
El gasto militar en el continente africano suponía un empeoramiento de las condiciones de seguridad y estabilidad política en el continente. Es por ello por lo que Sankara apostó por el desarme, la paz y una política de no alineación. La lucha por el desarme era un factor esencial para el desarrollo del país.

  • El asesinato de Thomas Sankara.
“Si sólo Burkina Faso se niega a pagar la deuda, yo no estaré aquí en la próxima conferencia” estas palabras las pronunció Thomas Sankara en la Conferencia de los Paises Africanos en julio de 1987, y así fue, cuatro meses después, el 15 de octubre,  fue asesinado en un golpe de estado liderado por Compaoré.

Sankara y Compaoré eran como hermanos. Fueron criados por el padre de Sankara a la muerte de la madre de Compaoré. Con la llegada al poder de Sankara, Campaoré ocupo cargos de gran relevancia en el gobierno del país. Estaba a cargo de las relaciones con Francia y tenía grandes ansias de poder.

A partir de 1985 Campaoré se vio influenciado por Francia y por su esposa, la cual era familia directa del presidente de Costa de Marfil (país africano más sometido a Francia). Desde ese momento, comenzó a establecer relaciones consensuales con los países occidentales.

El presidente francés Chirac diría que Burkina Faso debía ser un país sometido y que el gobierno de Sankara perturbaba mucho los intereses franceses. Es desde Costa de Marfil, principal fuente de interés de África, desde donde se desarrollaron iniciativas para crear contradicciones en la revolución burkinabé.  La llegada al poder de Sankara se percibió como un peligro para el poder colonial por el contagio que podía suponer. Sankara se enfrentó al mundo occidental y lo desafió sin tener apenas apoyo, quizá este fue su gran error.

Fue el 15 de octubre durante una reunión de trabajo donde Sankara y 12 de sus colaboradores fueron asesinados por un grupo de militares burkinabés en un momento en el que en el continente africano renacía la esperanza. El asesinato lo encabezó Compaoré, influido y financiado por Francia y sus ansias de poder. Inmediatamente después del asesinato Compaoré se autoproclama presidente de Burkina Faso y decreta un periodo de rectificación de la revolución. Se restablecen las relaciones con el poder neocolonial y Burkina Faso dio un giro brutal en sus políticas neoliberales sometiéndose a Francia y al pago de su deuda.

En la actualidad Compaoré es el presidente de Burkina faso, el país es uno de los más corruptos de África, posee un 46% de índice de pobreza, un 40% de desempleo y todos los servicios sociales (vivienda, sanidad y educación) se encuentran privatizados.

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